Adaptar el baño: Una pequeña inversión para ahorrarse grandes disgustos
La esperanza de vida se incrementó de forma espectacular durante el siglo XX. Y en el siglo XXI sigue aumentando. Esta tendencia indica que, en nuestra sociedad, la proporción de gente de la tercera edad será cada vez mayor. Sin embargo, nuestras viviendas todavía no están adaptadas a esta realidad. Y es que, en el diseño de muchos espacios cotidianos no se contemplan los condicionantes y limitaciones físicas de las personas mayores.
Por un lado, son entornos que pueden provocar resbalones, caídas, golpes y otro tipo de lesiones de graves consecuencias para la gente mayor. Pero más allá de estos riesgos, se trata de espacios que producen inseguridad, lo que conlleva una disminución de la autoconfianza y de la valía personal, algo muy perjudicial para disfrutar de una buena calidad de vida. Todo ello hace que un buen mantenimiento del hogar resulte clave para envejecer bien.
Un ejemplo perfecto podría ser el del cuarto de baño, uno de los entornos donde podemos encontrar más dificultades.
Así, entrar y salir de la bañera, para alguien mayor, puede ser un verdadero problema. ¿Por qué no sustituirlo por un plato de ducha sin bordes que permita un acceso más sencillo y cómodo? Otra buena solución, si no podemos eliminar la bañera, es instalar una tabla o silla para acceder a ella sentados. Y junto a ello, un asidero en la pared para agarrarse al entrar.
¿Y qué hay del retrete? Con los años, su altura puede convertirse en un verdadero inconveniente ya que tenemos más dificultades al agacharnos y levantarnos. Un asidero estratégicamente situado puede ser de gran ayuda. Aunque quizás resulte todavía más cómodo situar una pieza elevadora que permita utilizarlo a mayor altura.
Tenemos que procurar que el baño esté despejado de objetos que puedan dificultar el paso. Que tenga una buena ventilación para evitar humedades en el suelo. Cuidar la iluminación para evitar tropiezos. Y a poder ser, que el pestillo, en caso de accidente, pueda abrirse desde fuera.
En definitiva, éstos son sólo algunos consejos para transmitir la importancia de una buena adaptación del hogar a las necesidades de los mayores. Sin embargo, no estaría de más dejarnos asesorar por algún experto. Se trata, probablemente, de una de las mejores inversiones que podemos hacer hoy para seguir disfrutando de una vida autónoma por muchos años.
