Demencia Senil

Escucha bien: 4 buenos motivos para revisar tu oído

La pérdida auditiva es, tras la artritis y la hipertensión, el tercer problema de salud más frecuente entre los mayores. Es tan habitual que muchas familias no consideran que sea algo a solucionar. Sin embargo, en Bienestar Senior, pensamos que debe ser tratado cuanto antes. Tenemos 4 buenos motivos para ello:

1.    No siempre es cosa de la edad

Es normal que, con los años, se sufra una pérdida de oído debido al deterioro natural de los órganos auditivos: la llamada presbiacusia, un trastorno que llega a afectar al 45% de los mayores de 75 años. Pero sería necesario descartar otras posibles causas.

¿Podría deberse a una obstrucción del tímpano por acumulación de cera? ¿A una infección? Quizás sea consecuencia de un problema en los huesecillos del oído… ¿Una reacción a algún medicamento? Incluso puede deberse a un tumor, una demencia o una enfermedad cerebro-vascular.

No hay que alarmarse. La mayoría de veces se trata de un problema de fácil solución. Pero es fundamental conocer las verdaderas causas.

 2.    Afecta a la calidad de vida y a la personalidad

Si no se le pone remedio, la sordera acaba aislando socialmente. El anciano tiene dificultades para escuchar los sonidos de la vida cotidiana y pierde interés por el mundo. La gente a su alrededor se cansa de repetir explicaciones y se dirigen a él sólo cuando no hay más remedido. En ese punto, la persona afectada deja de pedir que le repitan las cosas, calla y se encierra en sí misma. Finalmente, acaba sumergiéndose en uno de los peores problemas de la vejez: la soledad.

 3.    Acelera el deterioro mental

Algunas investigaciones revelan que una persona mayor con déficit auditivo perderá memoria, reflejos y capacidad intelectual mucho más deprisa. ¿Por qué?

El organismo compensa la pérdida de neuronas que provoca la edad a través de la plasticidad cerebral. Gracias a ello las neuronas que sobreviven funcionan a mayor rendimiento que anteriormente. Pero para que esto suceda las neuronas deben estar correctamente estimuladas.

La estimulación cerebral se produce a través de los sentidos, pero no todos contribuyen de la misma forma. La vista sólo proporciona el 20% de esos estímulos. El gusto, el olfato y el tacto todavía menos, un 10%. El resto corresponde al oído. Por ello, si este sentido no funciona correctamente, puede acelerar el deterioro mental.

4.    Tiene remedio

La buena noticia es que la pérdida de la audición no tiene por qué interferir en la habilidad para disfrutar de la vida. Hay maneras de solucionar el problema:

  • Un audífono permite oír y entender sonidos de la forma más natural. Es la solución más eficaz y menos agresiva, ofreciendo niveles de audición casi completos. Hoy en día, además, los aparatos son casi imperceptibles a la vista y realmente cómodos de usar.
  • Dispositivos complementarios. Son productos que ayudan a convivir con los problemas de audición: dispositivos de amplificación para teléfonos, sistemas para escuchar la radio y la televisión, alertas visuales para timbres, etc. 
  • Implantes en la cóclea. Si el problema es grave, el médico puede optar por una cirugía en la que se coloca un pequeño dispositivo electrónico bajo la piel. Este aparato envía el sonido a través de la parte dañada del oído para hacer que llegue al cerebro.

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