04042017

La función de la última etapa, la tercera edad

¿Cuál es la función de la última etapa de nuestra vida? la tercera edad. En la mayoría de culturas del mundo, tiene una doble función. La primera, es la transmisión de la sabiduría adquirida a través de la experiencia. La segunda, es una etapa de trascendencia, de resolver las grandes cuestiones de la vida, de afrontar ese misterio que somos.

A partir de los cuarenta años el ser humano debe afrontar una serie de cambios inevitables, tanto físicos, como psicológicos y sociales, que se intensifican a partir de los sesenta, y que a veces son difícilmente digeribles. Estos cambios implican una readaptación muy fuerte, en general con poco apoyo social, y en muchos casos, con una gran resistencia, porque son vividos como pérdidas dolorosas de la propia identidad. Una serie de duelos existenciales, muchas veces negados, que nos afectan emocionalmente, y que es bueno poder expresar y aceptar, de ahí la necesidad de contar con el apoyo de un equipo de profesionales, que puedan sostener las dificultades de este proceso. Todo ello puede hacernos olvidar que tenemos un lugar muy importante en el mundo.

La transmisión de sabiduría implica un acto de reconocimiento de la propia valía personal. En algunos casos, la espontaneidad infantil, la arrogancia adolescente o la proyección del adulto, pueden mermar esa confianza en nuestra experiencia. Somos nosotros los que tenemos que conseguir conquistar ese merecido lugar de veteranía, de “senior” de la vida, al que sólo se puede llegar a través de una larga trayectoria vital. Tenemos que ser conscientes que, gracias al traspaso de nuestros conocimientos, ayudamos a acelerar los procesos de las nuevas generaciones.

El encuentro con la trascendencia es la aceptación de las pérdidas, el fluir con las situaciones, y lo más importante, el afrontamiento de la muerte. Nuestra cultura no quiere saber sobre la muerte, la teme y la rehuye. Llegamos a este inevitable final del camino con muy poca preparación, y es el miedo, muchas veces, una de las principales dificultades para poder vivir esta etapa con felicidad y paz. Sólo cuando somos capaces de aceptar que un día abandonaremos la existencia, aprendemos a conectar con cada instante presente, y a disfrutar de este regalo que es la vida.

Autora :

Iolanda G. Bertran

Psicóloga y Terapeuta Gestalt

CENTRE TERAPIES MARXA/ MITISHAMBA

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