Los fabricantes de teléfonos móviles piensan en los mayores
En el primer semestre de 2010, la esperanza de vida de las españolas superó los 84 años –78 años en el caso de los hombres–; sin embargo, la tasa de nacimiento se redujo hasta apenas 1,38 hijos por cada mujer, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Queda patente, por tanto, que el envejecimiento de la población en España es una realidad que tendrá un impacto significativo en nuestra sociedad. Una de las consecuencias más inmediatas es que las personas de edad avanzada tienen cada vez mayor relevancia para las empresas de consumo, que no pueden dejar pasar la oportunidad de contar con ellos a la hora de desarrollar nuevos productos o servicios.
Para poder entender las necesidades de los mayores, debemos ante todo deshacernos de algunas ideas erróneas sobre las necesidades de este segmento de la población. Es cierto, que cada vez más se retrasa la edad de jubilación, pero el proceso natural de envejecimiento sigue su curso. Por ejemplo, los efectos de la presbicia, también denominada vista cansada, que no es otra cosa que la dificultad para ver nítidamente los objetos cercanos, se empiezan a notar generalmente entre los 40 y los 50 años.
No obstante, esta realidad no debe ser motivo de preocupación, sino algo fácilmente asumible gracias a la creciente disponibilidad de soluciones tecnológicas innovadoras que ayudan a mitigar el impacto de los pequeños achaques que aparecen a medida que vamos cumpliendo años; circunstancias que no tienen por qué modificar el estilo de vida o la preferencia de productos atractivos y de primera línea de diseño con las que nos gusta que nos vean los demás.
Es el caso de la telefonía móvil. Con más de 518 millones de personas mayores de 65 años en todo el mundo, los fabricantes de teléfonos móviles tienen que entender las verdaderas necesidades de este segmento de mercado. Las demandas de este grupo de edad pueden variar enormemente y hace falta crear una amplia gama de productos para tener en cuenta todas estas diferencias. Para poder conseguirlo, es fundamental tener conocimiento del usuario final, con el fin de tener éxito y responder a las exigencias reales de estas personas.
La facilidad de uso es clave para los consumidores de edad avanzada, al igual que mantener el mismo cuidado con el diseño del producto, ya que las personas mayores también demandan teléfonos móviles con estilo. Por otra parte, no siempre es necesaria una oferta plena de funcionalidades; más bien los mayores deben contar con la flexibilidad de poder elegir un dispositivo que cumpla con sus requerimientos individuales. Por ejemplo, eliminar la capacidad de texto para quienes sólo utilizan el móvil para realizar llamadas.
Asimismo, otro de los principales retos para los fabricantes es hacer los teléfonos móviles compatibles con los audífonos (HAC), de manera que puedan ajustarse a las necesidades del usuario. La seguridad es otro factor a tener en cuenta, porque permite a las personas mayores contactar con su entorno más cercano de forma sencilla e inmediata, en caso de caída o cualquier otro percance. Con ello, se proporciona mayor tranquilidad tanto al usuario como a sus familiares y amigos.
Y es que el sector de tecnología para personas mayores crecerá, sin lugar a dudas, en los próximos años, a medida que las tecnologías multimedia se adapten a los intereses de estos usuarios. En este sentido, nuestras investigaciones demuestran que en la última década ha aumentado la utilización de los mensajes de texto y los mayores envían cada vez más fotos a sus seres queridos. Estas tendencias crean una gran oportunidad para las empresas; una ocasión que no se puede dejar pasar de largo.
David Youngs
Responsable de Cuentas
Internacionales de Doro
Fuente: www.sendasenior.com
