Farmacia

Polimedicación: pastillas pocas

Se entiende por polimedicación la ingesta de 5 o más fármacos durante al menos 6 meses seguidos. Esta ingesta se produce en quienes padecen 2 o más enfermedades de forma simultánea. La polimedicación, también se puede decir polifarmacia, no solo se refiere a la cantidad de medicamentos que se toman, asimismo afecta a la pertinencia de su indicación terapéutica. Tomar más de 5 fármacos diferentes implica unos riesgos para la salud, efectos adversos y también en caso de hacer un uso inadecuado de ellos.

En las personas mayores el número de afectados por la polimedicación es elevado, la cada vez mayor esperanza de vida y el aumento de enfermedades crónicas, convierte en una cuestión a tener en cuenta, según un estudio que señalaba que el 50% de los mayores de 65 años tomaba una media 9 medicamentos al día. Según varios estudios, España es el segundo país del mundo en consumo de medicamentos.

La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y varias plataformas sanitarias de orientación crítica, impulsaron hace unos meses la campaña Pastillas las justas esta estar dirigida a la gente de la calle como a los profesionales de la salud y pretende sensibilizar a la población sobre este problema.

Polimedicación: tercera edad y enfermedad no son sinónimos

Algunas enfermedades sin duda necesitan de un tratamiento farmacológico, estas no se tienen que confundirse con trastornos menores o achaques. Dificultades ocasionales para conciliar el sueño; pérdidas de fuerza, de agilidad o sensoriales y otras molestias inespecíficas no son verdaderas patologías y, por lo tanto, no necesitan de una medicación, son trastornos típicos del aumento de la edad. Equiparar envejecimiento y enfermedad es un error bastante común. Los trastornos negativos de la vejez deben abordarse con estilos de vida saludables. Ningún medicamento será capaz de borrar el paso del tiempo en nuestro cuerpo.

Por eso acabar lo más posible con la polimedicación en las personas mayores es un paso obligado si se quiere mejorar la calidad de vida en la vejez. Para poder conseguirlo es clave apelar a la responsabilidad individual pero también resulta imprescindible impulsar medidas socioculturales, económicas y políticas que incentiven un envejecimiento más activo y saludable.

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