Con la edad, sufrimos un deterioro general de todo nuestro organismo y el pie no es ajeno a esta realidad.
Con la edad se pierde de elasticidad en la piel. Este es el motivo por el que las personas mayores tienen más posibilidades de sufrir durezas y callosidades en los pies.
Con el paso de los años la piel tiende a resecarse más, debido al natural y progresivo deterioro neurovascular. Por ello es importantisimo una buena hidratación por medio de la ingestión de líquidos y la aplicación diaria de una buena crema hidratante.
Otras de las consecuencias más evidentes es la pérdida de tejido adiposo plantar. La grasa de la planta actúa como un cojín amortiguador y al reducirse su espesor la incidencia en el hueso es más directa. Por eso las personas sienten más el contacto con el suelo que a veces puede resultar molesto.
Por último, en la tercera edad es muy común el engrosamiento progresivo de la lámina ungeal. Esto dificulta que las personas mayores puedan cortarse las uñas de forma adecuada.
Igual que en otras etapas de la vida, siempre es bueno seguir sencillos consejos para que nuestros pies tengan una buena salud.
Crema hidratante
Tan importante es mantener la máxima higiene en nuestros pies, como mantenerlos con la máxima hidratación.
Es muy recomendable aplicar una buena crema hidratante diariamente y, si es posible, mucho mejor si se aplica después de lavarlos en agua tibia.
Calzado
Usar un buen calzado nos ayudará a mantener sanos los pies.
Recomendamos zapatos amplios para que no apriete ni roce en ningún punto. La flexibilidad de estos también es importante para ofrecer la máxima comodidad y bienestar a nuestros pies.
Solicitar ayuda
Si una persona mayor tiene problemas de visión nunca debe cortarse ella misma las uñas. En esos casos es preferible que se lo haga un familiar o, mejor aún, que visite periódicamente al podólogo.
Las uñas nunca deben cortarse en exceso, ya que después pueden encarnarse o infectarse.
Autodiagnosticarse
Nunca hay que realizar autotratamientos ni automedicarse.
La mejor solución a cualquier problema, se lo ofrecerá un podólogo. Él sabe en todo momento cual es el mejor tratamiento para mejorar o erradicar el problema.
Revisiones periodicas
Si tenemos problemas de movilidad o de visión, debemos pedir que nos revisen los pies una vez a la semana para ver su estado general.
En caso de que aparezcan durezas, heridas o dolor. No emplear callicidas. Es conveniente que un podólogo profesional nos adapte un acolchamiento en la planta cuando haya gran pérdida de tejido adiposo.